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Aeshnidae

El renault 5 en pruebas y en comparativas de época y actuales; también frente a sus rivales

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Renault Clio 16v vs. Renault 5 GT Turbo: caminos opuestos

https://www.cosasdecoches.com/comparativa-renault-clio-16v-vs-renault-5-gt-turbo/

 

renault-clasicos-principal.jpg

 

Fotos: Jesús María Izquierdo.

Resulta increíble cómo los coches avanzan generación tras generación. Pero también es igual de increíble ver cómo Renault ya tenía en los 80 un concepto de GTI tan similar al actual. El R5 GT Turbo y el Clio 16v tomaron caminos opuestos pero… ¿Acertados?

 

No contemplar al Renault 5 GT Turbo como uno de los pequeños GTI más deseados, si no el que más, de la década de los 80, es haberse saltado una clase de historia del automóvil. Se trataba de una evolución de los antiguos R5 “soplados”, pero una evolución tan clara que lo convirtió en un pequeño misil deseado por los jóvenes de la época. En esta comparativa podéis ver un Fase 1, la primera versión con motor de 115 CV de potencia. Pero también su sucesor, el completamente opuesto Clio 16v. Y tengo la compleja tarea de decidir con cuál me quedo.

Dulce venganza

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Mientras que en los 80 eran unos cuantos fabricantes los que apostaban por las nuevas y más complejas culatas multiválvula, en Renault seguían confiando en los motores de menor cilindrada y turbo. De hecho, es una historia similar a la de Ferrari: cuando en la F1 se emplean mecánicas sobrealimentadas, los deportivos de calle se adaptan a la misma norma. El GT Turbo aplicaba bajo el capó un bloque de 1,4 litros con un solo turbo y no demasiadas soluciones para evitar temperaturas excesivas, uno de sus puntos flacos en conducción deportiva. Claro, que frente al 11 Turbo, con el que compartía mecánica, presentaba las suficientes modificaciones como para hablar de dos comportamientos distintos.

A finales de los 80 evolucionó la F1 y dijo adiós a la aspiración forzada, lo mismo que ocurriría con el primer Clio deportivo, el 16v. Tomó el mismo camino que el resto, empleando un motor de mayor cilindrada, 1,8 litros atmosférico, y una culata de 16 válvulas. Sí, era completamente distinto, un motor nuevo, un chasis nuevo y una carrocería nueva, pero debía batirse ante el que era, en aquella época, uno de los GTI de referencia, el magnífico Peugeot 205 GTI, como ya hiciera también su compañero en estas páginas.

Cuestión de confianza

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Nadie ha dicho nunca que conducir rápido un Renault Supercinco GT Turbo fuera fácil, y precisamente esta es una de sus mayores virtudes. El pequeño francés sacaba pecho en prestaciones y recuperaciones, probablemente sus dos mayores atributos. Claro que lo hacía a cambio de hilar fino con el pedal derecho y las dos manos.

Enfilar un tramo de curvas con él es una cuestión de confianza, pues existen varios factores que intervienen en aquello que entonces se llamaba conducir. Por una parte, el motor peca de un retardo de la entrada del turbo, el conocido efecto turbo lag, que nos obliga a ir siempre midiendo la posición del pedal. Funciona como lo hacían los antiguos motores sobrealimentados, sin esa suavidad y dulzura a la que parece que hoy nos estamos acostumbrando. A beneficio, eso sí, de una respuesta más llena en medios, algo que su rival no puede contemplar. Y esto, señores, en un vehículo que puede presumir de un amplio palmarés en competición, significa que traslada todas esas sensaciones al asfalto de una carretera abierta al público. Pero, ojo, porque no es oro todo lo que reluce.

El eje delantero puede, a duras penas, tragar con los 115 CV de potencia que envía el motor, un eje que presenta una palpable flotabilidad una vez abrimos gas en las curvas más cerradas. Es en este momento en el que nos damos cuenta de que el GT Turbo precisa una conducción fina, con un pie derecho que en todo momento controle la aceleración, si no, entonces tendremos que vérnoslas y pelear con una dirección que quiere visitar alguna que otra cuneta (o todas). Por fortuna, la ligereza y un volante que transmite lo que ocurre a nuestras manos, nos salva de alguna que otra librada si hemos sido demasiado bruscos.

Baile sobre el asfalto

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Todo lo que te he contado no es, ni mucho menos, un reproche, y es que prefiero un coche con el que jugar, aunque no acabe siendo el primero. De jugar trata también el chasis, puesto a punto de aquella manera, para que la carrocería baile sobre el asfalto. Una vez más, permíteme que insista en llevar las dos manos sobre el volante, algo necesario para controlar el sobreviraje que podemos forzar con una simple transferencia de pesos.

Puede parecer entonces que pocas veces vamos a estar quietos en el asiento de nuestro “cinco”. Y así ocurre. Pero podemos aplicar una forma distinta de conducir, aquella de hilar fino. Los frenos responden bien y aguanta sobremanera el trato duro, así que conviene acercarse a la curva, frenar fuerte, realizarla a una velocidad moderada y una vez tenemos el coche colocado empezar a acelerar. Es de esta manera como más rápido vamos, salvando todos esos obstáculos que el GT Turbo parece querer poner entre nosotros y la carretera. No me cabe la menor duda de que en la época, esta técnica, le permitiría acabar con todos sus rivales.

Un nuevo formato

renault-clio-v16.jpg

Cuando el Clio 16v apareció en la escena internacional, daba por muertos todos los atributos del anterior Supercinco GT Turbo. Ahora se animaba con un motor de mayor cilindrada, atmosférico y con una culata de 16 válvulas que le daba el nombre. En otras palabras, pasábamos a un deportivo con una respuesta, teóricamente, más radical, más de todo o nada. Tal vez sepas de qué hablo si te digo que ofrece sus 140 CV de potencia a nada menos que 6.500 vueltas… Nada que ver.

El Clio 16v volvía, cómo no, a ser uno de los favoritos de los jóvenes a principios de los 90, y eso que no hablamos del ahora intocable Clio Williams. La mecánica más moderna se deja notar en términos de funcionamiento. Ya no hay que preocuparse por los tiempos de calentamiento y enfriamiento del turbo, por su funcionamiento a altas temperaturas o por aquél angosto efecto turbo lag. Todo en este Clio es más fácil, incluso cuando contamos con un equipamiento más generoso. Claro que todo esto implica un mayor peso, un punto a priori negativo cuando hablamos de un utilitario de altas prestaciones.

Más rabia

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La manera más sencilla de calificar el motor del Clio 16v es rabioso. Los 140 CV no vienen ahora de golpe, pero hay que buscarlos a través del rango de vueltas disponible. Y voy a dártelo todo hecho. Empiezan a aparecer aproximadamente a 5.000 vueltas. Eso sí, no se van hasta el corte de inyección, situado más allá de las 7.000 revoluciones. No significa esto que por debajo de esta cifra el coche no ‘ande’, pero en conducción deportiva necesitamos que toda la fuerza esté disponible, y por eso debemos enclavarnos entre esas dos mágicas cifras. Digo mágicas porque ha sido una tendencia que hasta hace poco ha seguido presente en los Clio.

En este sentido es completamente opuesto al GT Turbo, pues la potencia aparece de forma más pausada. Algo que, evidentemente, nos obliga a realizar un tipo de conducción distinta. La fuerza se transmite al suelo de nuevo a través del eje delantero, pero lo hace de una forma mucho más efectiva. Ya no hay tanta pérdida de tracción, y podemos controlar mejor hacia dónde queremos dirigir el coche en la salida de las curvas. Eso sí, es necesario mantener el motor alto de vueltas, en su zona buena, para no quedarnos ‘colgados’ cuando pisamos el pedal derecho. El margen en el que el motor se encuentra cómodo es relativamente estrecho. Cortesía de la culata multiválvulas.

¿Es más rápido? Probablemente no, de hecho en ficha no lo es, pero sí más dosificable y fácil de conducir. Estoy hablando, claro, de prestaciones puras, porque si pretendemos acometer nuestro tramo favorito con uno y con otro entonces nos llevaremos más de una sorpresa. En realidad, el problema del Renault Supercinco GT Turbo es que las curvas existen cuando lleva detrás al más eficaz Clio 16v.

Todo en su sitio

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Al igual que ocurre con el GT Turbo, el Clio 16v no es solo una máquina para correr en recta, sino para hacernos disfrutar también en curva. En esta ocasión el segundo es más equilibrado. Se trata de una puesta a punto más eficaz, que nos permite estar más atentos a mantener el motor en su punto y no tanto a corregir constantemente la trazada. No me refiero solo a la salida de las curvas, donde la tracción es mejor, sino a la entrada y al desarrollo. Se trata de una configuración más neutra, que nos deja jugar solo si nosotros queremos.

De nuevo, el reparto de pesos es la clave si queremos ayudarnos a redondear la curva con el deslizamiento de la trasera, algo que prácticamente ‘sale solo’ en el Supercinco, no tanto en el Clio. Por otro lado, el eje delantero se nota mucho más sólido y anclado al suelo. En cierto modo, nos permite cometer más errores, o al menos practicar una conducción mucho menos fina que en el otro.

Así, los frenos responden de maravilla, con discos en las cuatro ruedas que no muestran demasiados signos de fatiga en un trato duro, pero lo mejor es que podemos acometer la curva con mayor decisión. En otras palabras, dejas atrás al GT Turbo sin despeinarte demasiado, beneficio de una arquitectura más moderna y mejor puesta a punto. De hecho, ya no hace falta estar atento constantemente a dónde quiere ir el coche. Aunque la trasera vuelve a ser juguetona, ya no hay que ir constantemente haciendo correcciones, será la palanca de cambios la que ponga a prueba tu pericia y tu paciencia, pues sí que necesita atención. Este tipo de conducción de tiralíneas es la que más le gusta a este Clio 16v.

Evolución patente

renault-supercinco-y-clio-16-v-1.jpg

La evolución entre un coche y otro fue clara, tanto que la llegada del Clio dejó viejo al Supercinco, y no solo en el apartado dinámico. Las formas de la carrocería, más redondeadas en el nuevo modelo, se adaptaban a las nuevas directrices de diseño, olvidando elementos clave en el estilo de los R5 y Supercinco como eran los pilotos traseros en posición vertical.

No obstante, el interior es otra buena muestra de mejora, un habitáculo con mejores materiales, un aspecto más moderno y una ergonomía superior. Amén, claro, de un equipamiento más decoroso. Otro ejemplo obvio es la instrumentación, puede que algo escasa en el Supercinco, y mucho más clara y amplia en el Clio, que utilizaba parte del panel central del salpicadero para montar otra tanda de relojes de medición.

¿Un vencedor?

renault-supercinco-y-clio-16-v-enfrentad

Es complicado declarar vencedor a uno de estos dos modelos, sobre todo cuando han sido parte de la referencia entre los utilitarios deportivos en su época. Por suerte Renault me lo pone fácil, y decidió seguir dos caminos bien diferenciados entre uno y otro.

Si el Supercinco es difícil de conducir por el estrés que puede generar, el Clio es más dócil, pero indudablemente más rápido y eficaz. En definitiva, el Clio 16v es lógicamente mejor coche, pero no me cabe duda de que los mejores momentos de diversión tendrán lugar, a altas pulsaciones, en el interior del Renault 5 GT Turbo.

Ficha técnica del Renault 5 GT Turbo

TIPO DE MOTOR Gasolina, 4 cilindros en línea, delantero transversal
CILINDRADA 1.397 cm3
POTENCIA 115 CV- 84,6 KW/5.750 rpm
PAR/ RÉGIMEN 164 Nm a 3.000 rpm
V. MÁXIMA 202 km/h
ACELERACIÓN 7,9 s (0 a 100 km/h)
CONSUMO 7,6 l/ 100 km (mixto)
MEDIDAS 3.589/1.590 / 1.366 mm
NEUMÁTICOS 175/ 60 HR13
PESO EN VACÍO 820 kg
MALETERO 43 l

Ficha técnica del Renault Clio 1.8 16v 1992

TIPO DE MOTOR Gasolina, 4 cilindros en línea, delantero transversal
CILINDRADA 1.764 cm3
POTENCIA 140 CV- 102,96 KW/6.500 rpm
PAR/ RÉGIMEN 4.250 rpm
V. MÁXIMA 207 km/h
ACELERACIÓN 8,3 s (0 a 100 km/h)
CONSUMO 7,6 l/ 100 km (mixto)
MEDIDAS 3.716/1.641 / 1.365 mm
NEUMÁTICOS 185/ 60 HR14
PESO EN VACÍO 975 kg
MALETERO 50 l

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Prometo que las subiré con mejor calidad las imágenes, en cuanto pueda ... Qué estás las hice a todo correr :)

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Buenas,

Por aquí os dejo la portada de otra de las comparativas que más ampollas levantó en su época.

Espero que os guste. 305c400c824751baa168f8997f3a76bb.jpg

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Hola Estraduky,  cuando puedas me gustaría poder echar un ojo a esta revista. ¿Me la dejas?
 
Si, claro , sin problemas.

Aunque la última foto que he subido solo la he encontrado en los archivos digitales de la revista ... :( Por eso se ve que es una captura de pantalla, pero intentaré hacerme con ella jeje.

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Hace 1 minuto , Estraduky dijo:

Si, claro , sin problemas.

Aunque la última foto que he subido solo la he encontrado en los archivos digitales de la revista ... :( Por eso se ve que es una captura de pantalla, pero intentaré hacerme con ella jeje.

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:D tenemos en el entorno del Basque Chapter a un proveedor de bibliografía al que habrá que ponerle deberes...

 

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tenemos en el entorno del Basque Chapter a un proveedor de bibliografía al que habrá que ponerle deberes...
 
Oye, pues habrá que decirle, sin problemas a ver si nos la encuentra jeje .

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Con el supercinco ya se empezaba a ver que los coches iban creciendo de generación en generación....hasta llegar al día de hoy en que un Clio es más grande que un R11.

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Con el supercinco ya se empezaba a ver que los coches iban creciendo de generación en generación....hasta llegar al día de hoy en que un Clio es más grande que un R11.
De hecho, recientemente un amigo se ha comprado un Clio para ir y venir todos los días de trabajar, y cuando me lo ha enseñado, por un momento, he pensado que era un Megane jaaj :)

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Una de Renault 5 COPA para ver si @tortxu se anima a escribirnos algo... 😀

Os dejo el artículo de Miguel Angel Blanco en La Escudería dedicado al Renault 5: https://www.escuderia.com/renault-5-mito-copa/

Empieza con toda una declaración de intenciones: " He crecido siempre con un R5 en casa ..." y hace una descripción de la gama que sólo por ella ya merece la pena leer el artículo completo.

Estupendo artículo Miguel Angel; si nos lees que sepas que estamos esperando la continuación del mismo con las pruebas del resto de modelos de la saga.

Os dejo una de las fotos que ilustra el artículo (con su pie) para que los más avezados os descubrais y nos confirmeis porque sabemos que sois los primeros de la clase:

renault_5_copa_03c-780x622.jpg

Salpicadero de las primeras series

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Gracias Álvaro. Solo puedo decir que recuerdo con gran pesar como tiramos al desguace un TS en un estado fenomenal, un Copa con un golpe tonto y un GTL en orden de marcha...

 

Disparates, de bonanzas disparatadas y leyes absurdas.

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Hace # [1:hora][?:horas]}, tortxu dijo:

Gracias Álvaro. Solo puedo decir que recuerdo con gran pesar como tiramos al desguace un TS en un estado fenomenal, un Copa con un golpe tonto y un GTL en orden de marcha...

 

Disparates, de bonanzas disparatadas y leyes absurdas.

cuantas cosas de este estilo hemos visto... El renault 5 TS de casa marchó al desguace entre otras cosas por el tirante que llevan los asientos delanteros ya que el conductor estaba roto...  me temo que el día que no arrancó fue su fin por una absurda acumulación de mini tonterías (que vistas desde la perspectiva de hoy en día...) en fin...

Quizá esa sea la razón por la cual valoremos más los nuestros hoy en día...

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en la página http://www.curbsideclassic.com/blog/vintage-reviews/vintage-rt-road-test-1976-renault-5-gtl-the-kind-of-comfort-detroit-claims-is-impossible-in-a-small-car/ 

se puede encontrar una buena prueba de época del Renault 5. Todo un road test que aunque está en inglés seguro que no es ningún problema, al menos para disfrutar de imágenes como estas:

scans0010.jpg?w=927

se pueden leer frases como esta: La principal competencia fueron el VW Rabbit y el Honda Civic. Una competencia dura. Pero el R5 tenía una ventaja que le daba una superioridad única: el pilotaje flexible francés, que parecería encajar perfectamente con los americanos, que eran conocidos por apreciar esa comodidad,... (traducción libre)

 

 

 

 

 

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¿Qué pensarían los estadounidenses en los años setenta y ochenta cuando veían un R5?. En comparación a sus coches éste cochecillo europeo les parecería ridículo. 

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¿verdad? en el capítulo del equipo A donde sale Ana Obregón hacen bastantes chanzas de ello, y estoy seguro que a muchos de los cacharretes de la época en carreteras viradas y en consumos les daría sopas con honda.  Pero claro, en aquel país ni tienen muchas curvas ni el precio del combustible tiene importancia... y total para llegar a 80 millas por hora se puede hacer casi con la mobylette...

Editado el por Aeshnidae

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